Corteza Jesuita es el nombre histórico del remedio más celebrado para evitar todas las formas de la malaria. En el siglo XVII, los misioneros Jesuitas que trabajaban en Perú conocieron y describieron por primera vez las propiedades de la corteza de Quina, un árbol típico de las regiones orientales de los Andes. A lo largo del siglo XVII y XVIII su uso se extendió por Europa.
Hoy en día, esta medicina natural se utiliza como antioxidante, antibiótico y por supuesto, en la composición de nuestra bebida tónica Corteza Jesuita.